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Cada día se forman nuevas células sanguíneas reemplazando a las que se mueren. Estas se forman en la médula ósea y el efecto de la quimioterapia puede alterar dicha formación. Estas células son:
Glóbulos Rojos:
Transportan el oxígeno a través de nuestro cuerpo, el cual es necesario para producir energía en cada una de las células de nuestro organismo. Si los glóbulos rojos se encuentran bajos, usted puede sentirse más cansado de lo normal, mareado o débil.
Glóbulos Blancos:
Previenen las enfermedades infecciosas; si están disminuidos, será difícil para su organismo combatir las infecciones. Algunos signos que deben alarmarlo si se presentan durante la quimioterapia son:
Plaquetas:
Ayudan a nuestra sangre a coagularse en presencia de alguna herida, previniendo las hemorragias. Algunas señales que pueden indicar que las plaquetas han disminuido son:
Es el síntoma más común entre los pacientes. No tiene una causa exacta se debe a la enfermedad, a los tratamientos, quimioterapia, radioterapia o cirugía; mal apetito, falta de sueño, dolor y otros factores más.
La fatiga aparece repentinamente y los pacientes la describen como ausencia de energía; aunque no todos los pacientes la experimentan con la misma intensidad.
Puede ser útil:
El tubo digestivo se extiende desde la boca hasta el recto; incluye la garganta, el estómago y el intestino.
También conocida como falta de apetito y puede presentarse desde el día siguiente de haberse aplicado la quimioterapia.
Es la dificultad para hacer deposiciones en forma normal. Algunos de los medicamentos empleados para la quimioterapia y algunos otros que se emplean para aliviar el dolor, pueden ocasionarlo.
La quimioterapia puede hacer que los movimientos del intestino se alteren produciendo evacuaciones blandas o líquidas con mayor frecuencia.
La ulceración y la inflamación de la boca (estomatitis) puede presentarse una o dos semanas luego de reiniciado el tratamiento. La mucosa oral puede volverse roja y dolorosa o pueden aparecer pequeñas ampollas blancas.
Algunos medicamentos pueden dañar las glándulas salivares y hacer que elaboren muy poca saliva. Esta complicación es más común en pacientes que combinen quimioterapia con radioterapia en la zona del cuello.
Los síntomas de la sequedad bucal pueden ser: saliva espesa, aumento de la sed, lengua "estropajosa", dificultad para usar prótesis dentales, labios secos y agrietados, cambios en el sentido del gusto.
Las náuseas y los vómitos pueden empezar tras el tratamiento o se pueden presentar al cabo de 24 a 48 horas y pueden durar algunos días. Su médico le formulará medicación para evitar y controlar estos síntomas.
Algunos medicamentos pueden afectar los folículos pilosos que es el lugar donde nace y crece el cabello. De ahí que usted puede perder parte o la totalidad del cabello mientras se encuentra con tratamiento. Su piel o el sitio de punción, puede pigmentarse o presentar resequedad.
Sus uñas pueden también volverse oscuras, amarillas, frágiles o presentar fisuras. Aun cuando muchas de estas manifestaciones no son graves, es importante informarlos.
Caída del cabello
Reacciones en la piel
Algunos fármacos pueden producir este tipo de efecto secundario. En algunos casos puede dar una sequedad, descamación o una reacción similar al acné, la cual se presenta después del inicio de algunos medicamentos; informe a su médico para evaluar las posibilidades de tratamiento y proporcionarle los cuidados que necesite.
La quimioterapia puede producir ciertas alteraciones en los órganos sexuales, tanto femeninos como masculinos, que dependen del estado general de la persona, de su edad y del tipo de medicamento que se le esté aplicando.
En las mujeres
Los ciclos menstruales pueden ser irregulares o pueden desaparecer por completo mientras se encuentra en quimioterapia, consulte con su médico.
Los cambios hormonales le producen síntomas menopáusicos como: calores y fríos, e irritaciones y sequedad en la mucosa vaginal. Su médico puede sugerirle alguna medida para aliviar esta molestia.
La infertilidad puede ocurrir y puede ser temporal o permanente. Sin embargo, es posible que usted quede embarazada durante el tratamiento. Esta situación debe evitarse porque los medicamentos para tratar el cáncer podrían producir malformaciones fetales. Por tal razón es importante que discuta con su médico cuál puede ser el mejor método anticonceptivo y seguirlo durante el curso del tratamiento.
En los hombres
Se puede presentar la infertilidad debido a que algunas drogas de quimioterapia pueden reducir el número de espermatozoides o su movilidad. Es importante que se hable con el médico sobre este aspecto y la posibilidad de guardar los espermatozoides en un banco de semen, por si en un futuro desea tener hijos.
No es aconsejable porque algunos medicamentos pueden causar defectos de nacimiento. Los médicos aconsejan usar métodos para el control de la natalidad durante todo el tiempo que dure su tratamiento.
Sí usted y su pareja están considerando un embarazo después de terminar con la quimioterapia, hable con su médico con respecto a este tema, teniendo en cuenta el tipo de tumor y su pronóstico.
Tanto la enfermedad misma como su tratamiento, producen una serie de cambios físicos, psicológicos y sociales. Los cambios de rol y de imagen corporal afectan la autoimagen sexual y surgen sentimientos de duda que se manifiestan en el contacto físico con la pareja y en las relaciones íntimas.
Las preocupaciones generales por el diagnóstico, la incertidumbre, la familia, la situación económica, al igual que el cansancio físico, la fatiga o la debilidad, producen una ansiedad que puede afectar el deseo y el acto sexual. Sin embargo, si sus relaciones sexuales antes de la enfermedad y tratamiento han sido satisfactorias, lo más probable es que sigan siendo placenteras durante el tratamiento. Al sentir temores y dudas, discútalas con su pareja y si es necesario, asesórese de su médico tratante.
Estos efectos son menos frecuentes, pero se pueden presentar con ciertos medicamentos, y deberán ser valorados por su médico constantemente.
Aunque es poco frecuente, en el momento de administrar la quimioterapia pueden aparecer síntomas como nerviosismo, picor generalizado, coloración rojiza tipo manchas, escalofríos, calambres, dolor abdominal, dificultad respiratoria. El equipo de enfermería encargado de la administración de quimioterapia, estará atenta ante cualquier eventualidad que le ocurra. Si usted nota cualquier sensación que le parezca extraña durante la administración, coméntelo a la enfermera desde un primer momento.
Posterior a la administración de la quimioterapia pueden aparecer sintomas como hormigueo, entumecimiento o una sensación de agujas y alfileres en sus pies y manos que puede extenderse a las piernas y a los brazos. Incapacidad para sentir calor o frío, como sentir una estufa caliente. Incapacidad para sentir dolor, como el dolor de una cortada o herida en un pie.
Algunos medicamentos pueden irritar la vejiga, hacer que la orina cambie de color o afectar los riñones. Su médico le solicitará exámenes para controlar su función renal.
La enfermedad en sí o algunos de los efectos secundarios pueden causar dolores mucositis, dolor de cabeza, etc. Estos se pueden evitar y para ello es importante que su médico tenga conocimiento de estos síntomas.
Es muy importante que se alimente bien mientras se encuentra en tratamiento; una buena alimentación ayuda a que su organismo se recupere más rápido y luche mejor contra las infecciones.
La quimioterapia no requiere una alimentación especial; consuma lo que está acostumbrado. Su alimentación bajo la quimioterapia no requiere de vitamínicos adicionales, ni suspender ningún alimento.
La quimioterapia puede acarrear grandes cambios a su vida. Puede afectar su estado general de salud, amenazar su sensación de bienestar, interrumpir su rutina diaria e imponer una carga en sus relaciones con los demás. Es normal y comprensible que usted y sus familiares sientan tristeza, ansiedad, enojo o depresión. Por ello, no es sorprendente que algunas personas se vuelvan muy sensibles, lloronas, ansiosas, enojadas o deprimidas.
Estas reacciones son perfectamente normales aunque perturbadoras si no se saben asimilar.
Existen maneras de luchar contra estos "efectos secundarios" emocionales, así como hay maneras de sobrellevar los efectos secundarios físicos de la quimioterapia.
Usted puede obtener apoyo de varias fuentes. A continuación se mencionan algunas de las más importantes:
Este equipo estar para brindarle atención especializada:
Amigos y familiares, con frecuencia, pueden consolarle y tranquilizarle como nadie más puede hacerlo. Sin embargo, tal vez sea usted quien tenga que dar el primer paso para entablar comunicación. Mucha gente no entiende lo que es el cáncer y se apartan porque sienten temor de la enfermedad. A otros les preocupa que usted se vaya a molestar por algún comentario impropio.
Usted puede ayudar a desvanecer estos temores hablando abiertamente de su enfermedad, de su tratamiento, de sus necesidades y de sus sentimientos, corrigiendo de esta manera las ideas equivocadas. También puede hacerle saber a la gente que no hay nada que sea "lo correcto" para decir. Una vez que la gente sepa que puede hablar con usted sinceramente, pueden sentirse más dispuestos a expresarse abiertamente.
A continuación presentamos algunas sugerencias para ayudarle durante su tratamiento de quimioterapia:
Trate de pensar en los objetivos de su tratamiento. Esto le ayudará a mantener una actitud positiva en los días cuando las cosas se tornen difíciles.
Recuerde que comer bien es muy importante. Su cuerpo necesita alimentos para reconstruir los tejidos y recobrar las fuerzas.
No sea demasiado exigente consigo mismo. Puede ser que usted no tenga la misma energía de siempre, así que trate de descansar lo más que pueda. Deje los pequeños detalles a un lado y haga solamente lo que sea más importante para usted.
Pruebe nuevos pasatiempos y aprenda nuevas destrezas. Si su médico lo aprueba, haga ejercicio si puede. Haciendo uso de su cuerpo puede sentirse mejor consigo mismo, y le ayuda a liberarse de la tensión o del enojo y a aumentar su apetito.
Usted lucha contra una enfermedad que requiere un tratamiento. Comprendemos que en ocasiones no se sentirá bien después de la administración de la quimioterapia; sin embargo, recuerde que abandonar el tratamiento es abandonarse a sí mismo.