La radioterapia externa usa una máquina que dirige los rayos de alta energía desde fuera del cuerpo hacia el tumor. La mayoría de las personas reciben radioterapia externa durante el transcurso de varios días en los que las sesiones se realizan de manera ambulatoria en una Clínica.
Para realizar la terapia externa se requiere localizar exactamente el sitio donde se encuentra el tumor para lo cual se realiza una tomografía (TAC) para obtener imágenes en tres dimensiones que van a permitir la ubicación exacta del sitio a tratar.
En el TAC se determina el área de tratamiento, para asegurar que la radiación se dirija correctamente. Se marca el área con varios puntos, los cuales deben conservarse hasta que haya terminado el tratamiento. A veces, el área se marcará con puntos permanentes como los que se utilizan en un tatuaje.
La información obtenida a través del TAC se pasa a un sistema de PLANEACIÓN, en donde un computador especial permite ver el tumor, los tejidos normales y cómo se distribuye la radiación dentro del paciente. Con esta información se escoge la mejor forma de irradiar el tumor y disminuir la irradiación en los órganos cercanos. A esto se le llama plan de tratamiento. Una vez aprobado por el médico, se dará inicio al mismo.
El tratamiento de radioterapia se hace en un equipo que dirige los rayos desde afuera hacia el sitio del tumor. Generalmente es ambulatorio, se asiste cinco días a la semana durante el tiempo que el médico determine.
La cantidad de radiación que el paciente necesita dependerá de factores individuales como: la localización del tumor, la profundidad y el estado general del paciente.